miércoles, 30 de junio de 2021

Semblanza del Doctor José Francisco Alcántara Rodríguez. (Tercera parte)

El Anestesiólogo

A su regreso a la isla, Fafán sirvió como médico en algunas clínicas como el Moscoso Puello, Centro de Otorrinolaringología, Instituto Dermatológico Dominicano, y el Centro Médico Nacional que, posteriormente, se convertiría en el Centro Médico Universidad Central del Este, en donde a partir de ese momento ejerció durante toda su vida profesional.

Al llegar a este último centro médico, compartió ocupación con el Dr. Humberto Hernández, Nadim Aude y José Miller, quien para esos años se convirtió en su mentor y guía en sus primeros pasos en esa institución.

Allí, el Dr. Alcántara tuvo innumerable cantidad de pacientes de todos los estratos sociales. Entre algunos de sus pacientes más renombrados están el profesor Juan Bosch Gaviño, y su sobrina Milagros Ortiz Bosch. En ese sentido, fue parte de del equipo médico dominicano del papa Juan Pablo II en su visita del 1992. Por fortuna, no hubo que hacer uso de ese último nombramiento.

Además de sus funciones como médico, en el Centro Médico UCE junto al doctor Juan Bautista Maggiolo y el Dr. Lantigua, llegó a fundar y a coordinar por muchos años la residencia de anestesia de ese lugar. Del mismo modo, también ocupó la dirección del departamento de anestesiología.

Más allá de haber sido fundador e instructor en la residencia de anestesiología de la UCE, El Dr. Alcántara también fue profesor de anestesia en la propia Universidad Central del Este en su sede en San Pedro de Macorís.

En la graduación del 12 de junio del 2014, el Centro Médico UCE preparó un acto en el que reconoció al Dr. José Francisco Alcántara Rodríguez, por sus valiosos aportes a esa institución.

Pero entre todas las formas en que era posible honrar a mi padre, el Centro Medico UCE concedió en vida el más alto honor que era posible recibir de esta institución médica, y se trata del cuidado médico más esmerado y profesional que era posible recibir de institución alguna de la mano cada parqueador, cada enfermera, de cada personal de limpieza, de cada camillero, de cada personal de hotelería, de cada médico residente de todas las especialidades de esa clínica-escuela, de cada especialista entre los que es imposible no mencionar a la Dra. Wendy, médica de cabecera y nefróloga; y de manera muy particular a el Dr. Wazar, director médico de esa institución, pero sobre todo quien le llego a dispensar un trato fraternal no únicamente por los méritos acumulados en esa institución, pero de manera muy especial por una relación de hermandad que se fue solidificando con los años.

Continuará...

martes, 29 de junio de 2021

Semblanza del Doctor José Francisco Alcántara Rodríguez. (Segunda parte)

 

Construyendo el porvenir

Gracias a la ayuda de su amigo y entonces ministro de salud pública, el Dr. Ney Arias Lora, logra conseguir la plaza de director del hospital de la comunidad costera del Atlántico, Gaspar Hernández, que le funge de requisito legal de la pasantía médica.

Posterior a eso, de la mano de su muy admirado Dr. Vinicio Calventi, vivió y trabajó en la Maternidad la Altagracia como anestesista técnico al punto de que ese lugar fue su centro de votación hasta, por lo menos, el año 1986.

El 31 de diciembre del 1975, en víspera de año nuevo, se casa con Claudina Aquino Díaz (Noelia), quien fuera su compañera hasta el último día de su vida, y con quien procreó tres hijos: José Amadeo, Pablo Miguel, y Karla María.

Según la semblanza del Dr. Rafael Nazario Lora (además su hermano entrañable de siempre), luego de haber terminado la medicina, ambos doctores se inclinaban por la psiquiatría, “pero la realidad amarga de esa especialidad difuminó nuestras vocaciones”, nos cuenta el eminente cirujano puertoplateño.

Para aquel entonces, Fafán tenía la idea de radicarse en Santiago una vez obtuviera el excequatur, pero persuadido por su hermano, amigo y compueblano Gonzalo González Canahuate, termina optando por establecerse, finalmente, en Santo Domingo.

Una vez graduado de médico, gracias a una beca gestionada con el gobierno dominicano, y nuevamente con la ayuda del Dr. Ney Arias Lora, se marchó a Barcelona para formarse formalmente como anestesiólogo, especialidad que ejercería durante todo el resto de su vida profesional con gran devoción, esmero y dedicación.

A su llegada a Madrid, el Dr. Alcántara visitó al doctor Rafael Nazario Lora (Felo), quien fue su primer pie de amigo en el país ibérico, y más adelante aterrizó en Barcelona en donde recibió gran apoyo de su hermano de otro vientre e imberteño el Dr. Alberto Simón Helena. Tanto en Barcelona como en Imbert “Alberto le dio todo lo que pudo dar, su casa estuvo de par en par y cuando quiso entrar tuvo un plato en su mesa”.

Desde aquella época se gestaba la idea de hacer algún día lo que entonces se veía lejano en el tiempo, y también improbable; lo que luego llegaría a ser la estación de gasolina que finalmente se construyó en el cruce de Imbert hacia el año 1991, que funcionaría como brazo operativo de la empresa Laguna Prieta S.A.

Luego de haber sido una pieza clave en los necesarios trámites burocráticos para la construcción de la estación de gasolina, el Dr. Alberto Simón tuvo a bien invitar a Fafán a formar parte de los accionistas de esa empresa. En un primer momento, Fafán se sustraía a esa idea, pues había considerado que su gestión burocrática se limitaba a la hermandad que lo unía con Alberto, pero siendo persuadido por su esposa, Noelia, el Dr. Alcántara termina finalmente aceptando la propuesta, y convirtiéndose en accionista minoritario de esa empresa.

Posteriormente, Laguna Prieta S.R.L. fue disuelto, y la bomba vendida a otros accionistas que la operan hoy en día.

Continuará....

lunes, 28 de junio de 2021

Semblanza del Doctor José Francisco Alcántara Rodríguez (Fafán). (Primera Parte)

La Primavera


Nacido en Imbert, el 13 de noviembre del 1946.

Alfabetizado a los cuatro años de edad como estudiante aventajado de la maestra consagrada que fue su madre, Patria Rodríguez.

Hermano mayor de padre y madre de Juan Manuel, Luis Tomás y Ana María. Pero, ¿cómo fue que el hijo de una maestra que luego enviudó, oriundo de una comunidad que en ese entonces era quasi rural, muy lejana de la capital dominicana, y sin contactos grandilocuentes, en ese entonces, llegó a ser lo que fue?

Poco después del fallecimiento de su padre -Francisco Emigdio Alcántara-, Fafán ingresó a la Universidad Autónoma de Santo Domingo en donde había sido aceptado antes de la primavera del 1965.

Como buen imberteño, en Santo Domingo le tocó vivir donde una imberteña que se había mudado a esa ciudad, doña Nena Oliver, abuela de Josecito Oliver, que había dispuesto de su casa como una pensión por donde también pasaron decenas de otros estudiantes.

Pocas semanas después de haberse mudado a Santo Domingo, la docencia se vio suspendida en la UASD, producto del estallido de la tristemente célebre Guerra de abril del 1965.

El hecho obliga a Fafán Alcántara a abandonar la ciudad de Santo Domingo y regresar a Imbert, y aprovechando la siguiente zafra de la caña de azúcar ocupa el cargo de pesador de cañas en el Ingenio Amistad, en el mismo ingenio en donde su padre había sido sub-administrador no tanto tiempo antes. Esto ocurre en un contexto en el que su madre había enviudado, y que la situación económica familiar era precaria.

Después de terminada la guerra, tras estabilizarse el ambiente político, Fafán retorna a la UASD en donde finalmente es recibido como médico el 30 de mayo de 1975.

Como nota curiosa, terminada la guerra de abril, la revista Life en español publicó bajo el titular “Los estudiantes cambian las armas por los libros” una foto de algunos de los jóvenes que regresaban a la universidad entre los que salía Fafán Alcántara. Como si el destino estuviera preparando el camino de quien habría de tener aquella brillante carrera que luego llegó a desarrollar.



Continuará.....