El Anestesiólogo
A su regreso a la isla, Fafán sirvió como médico en
algunas clínicas como el Moscoso Puello, Centro de Otorrinolaringología, Instituto
Dermatológico Dominicano, y el Centro Médico Nacional que, posteriormente, se
convertiría en el Centro Médico Universidad Central del Este, en donde a partir
de ese momento ejerció durante toda su vida profesional.
Al llegar a este último centro médico, compartió
ocupación con el Dr. Humberto Hernández, Nadim Aude y José Miller, quien para
esos años se convirtió en su mentor y guía en sus primeros pasos en esa
institución.
Allí, el Dr. Alcántara tuvo innumerable cantidad de pacientes
de todos los estratos sociales. Entre algunos de sus pacientes más renombrados
están el profesor Juan Bosch Gaviño, y su sobrina Milagros Ortiz Bosch. En ese
sentido, fue parte de del equipo médico dominicano del papa Juan Pablo II en su
visita del 1992. Por fortuna, no hubo que hacer uso de ese último nombramiento.
Además de sus funciones como médico, en el Centro
Médico UCE junto al doctor Juan Bautista Maggiolo y el Dr. Lantigua, llegó a fundar
y a coordinar por muchos años la residencia de anestesia de ese lugar. Del
mismo modo, también ocupó la dirección del departamento de anestesiología.
Más allá de haber sido fundador e instructor en la
residencia de anestesiología de la UCE, El Dr. Alcántara también fue profesor
de anestesia en la propia Universidad Central del Este en su sede en San Pedro
de Macorís.
En la graduación del 12 de junio del 2014, el Centro
Médico UCE preparó un acto en el que reconoció al Dr. José Francisco Alcántara
Rodríguez, por sus valiosos aportes a esa institución.
Pero entre todas las formas en que era posible honrar
a mi padre, el Centro Medico UCE concedió en vida el más alto honor que era
posible recibir de esta institución médica, y se trata del cuidado médico más
esmerado y profesional que era posible recibir de institución alguna de la mano
cada parqueador, cada enfermera, de cada personal de limpieza, de cada
camillero, de cada personal de hotelería, de cada médico residente de todas las
especialidades de esa clínica-escuela, de cada especialista entre los que es
imposible no mencionar a la Dra. Wendy, médica de cabecera y nefróloga; y de
manera muy particular a el Dr. Wazar, director médico de esa institución, pero
sobre todo quien le llego a dispensar un trato fraternal no únicamente por los
méritos acumulados en esa institución, pero de manera muy especial por una
relación de hermandad que se fue solidificando con los años.
Continuará...