domingo, 21 de junio de 2015

Otra Historia del Tiempo (Parte 4) (El Origen de la Vida)

Entonces, de un universo que surge de la «nada», de la «nada», también, habría surgido la vida. Porque aun con todas esas variables ya fina y «mágicamente» ajustadas, el origen de la vida no parece ser un asunto que el azar pueda causar espontáneamente, sin más.

En época de Darwin, muchos científicos suponían que la formación de microorganismos se generaba de manera espontánea, de hecho, como por arte de magia; Luis Pasteur, sin embargo, demostró más adelante que no aparecían así, sino que venían de otros microorganismos. [9]. La vida surge de la vida, no de la no-vida.

Sin embargo, Darwin tiene el cuidado de no incluir ese asunto en su libro El Origen de las Especies, y elude el tema, y lo que sabemos de su opinión, acerca de cómo pudo haberse  originado la vida, y su famoso «lago prebiótico», lo sabemos a través de una carta que él le escribió a un amigo suyo.

Ahora, todos los experimentos llevados a cabo para recrear las condiciones de la «tierra primitiva», y crear una estructura viva (Como el de Miller y Urey, intentando simular la sopa orgánica [10]) han fracasado. Y, hasta la fecha, el surgimiento de la vida jamás ha podido ser comprendido, y mucho menos observado, ni en este, ni en otros planetas, aun con las súper sofisticadas herramientas de laboratorios disponibles hoy en día.

Pero aun así surgió.  De modo que el evento implica que por «espontaneidad», se haya formado una bacteria con un arreglo tal de ADN que el equivalente informativo corresponde a 1000 juegos de la Enciclopedia Británica.

Estos son los cálculos del doctor en  matemáticas y doctor en filosofía Willian Dembski para demostrar lo inconcebiblemente  improbable del surgimiento de la vida como producto del azar. Un amigo mío lo presenta de la siguiente manera: «Según los estudios del Dr. Axe publicados en un «paper» en el año 2004 hecho luego de años de afinamiento del proceso de mutagénesis, la probabilidad de que surja una proteína de 150 aminoácidos al azar con la secuencia correcta es de uno en 1 x 10^74 [11]. Si a eso le agregamos la necesidad de que sean enlaces péptidos y proteínas "izquierdas" la probabilidad es de 1 x 10^164 [12]»

Luego: «dado que la mayor cantidad de elementos físicos que pueden ocurrir en un segundo es de 1 x 10^43, así como también el número de partículas observables [en el universo] es de 1 x 10^80, y, en adición a esto, de acuerdo al último cálculo de la ocurrencia del Big Bang es de 1 x 10^16 [segundos], si multiplicamos los tres factores obtenemos que la cantidad máxima de eventos físicos que pudieron haber ocurrido desde el Big Bang hasta hoy es de 1 x 10^139» [13], no más.

Ahora, si se toma en cuenta la probabilidad anterior (1 en 1 x 10 ^164), y se compara con el total de eventos probables desde el surgimiento del Big Bang (1 x 10^139) vemos que la probabilidad de que la vida surja «espontáneamente» de una «sopa prebiótica» es de la impresionante baja cifra de (1 en 1 x 10^25) ¡SOLO UNA VEZ!, en todo el universo observable. Y todo esto, poniendo como condición que las variables finamente ajustadas de las que habíamos hablado anteriormente ya estén dadas, y que haya, además, transcurrido el tiempo necesario para que los planetas se hayan formado (tiempo que no se ha restado en este cálculo). En otras palabras, el universo tendría que tener una edad de 1 x 10^25 veces la que tiene para (en términos estadísticos) esperar que ¡UN SOLO ORGANISMO VIVIENTE! se genere por azar.

En ese sentido, hay quien haya sugerido la idea de la panspermia  como una solución al problema del origen de la vida, según la cual, la vida se habría formado como microorganismo en otro lugar del universo y habría viajado en algún asteroide hasta llegar a la tierra (y tal vez a otros planetas), pero esta propuesta no solo no resuelve el problema, sino que lo complica, porque amén de seguir teniéndose la necesidad de explicar (donde sea que haya sido) el origen de la vida, habría que explicar ahora cómo se traslado sin morir en el intento [14].

En gran medida, el propósito del viaje a Marte ha sido el de encontrar cualquier forma o rastro de vida, presente o pasada, que pudiera dar apoyo a la teoría de la panspermia, o a cualquier otra teoría del origen de la vida. Resultado de la expedición: cero rastro de vida en Marte, ya sea pasada o presente.

Pero ¿por qué?, ¿por qué es tan improbable la vida?, ¿qué rayos la hace tan especial y extraña? Hablaremos un poco de eso en nuestra próxima entrega....


[9] Colección de biografías; Luis Pasteur; pag. 20

[10] http://es.m.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Miller_y_Urey

[11] Dr. Axe. Estimating the prevalence of Protein Secuences

[12] Dr. Meyer, Signature in the Cell, 212

[13] https://clantiguablog.wordpress.com/2014/10/28/origen-de-la-vida-una-casualidad-improbable-id4/

[14] http://definicion.de/panspermia/

lunes, 15 de junio de 2015

Otra Historia del Tiempo (parte 3) (Las Constantes del Universo)


¿Qué son las constantes del universo? Son propiedades físicas que se asumen sin variación en todos los rincones del universo. Estas propiedades suelen ser descritas como una expresión numérica acompañado de las unidades físicas con las cuales se compara, o mide, la constante en cuestión. Ejemplo de constantes del universo son la velocidad de la luz, y la constante gravitacional.

Lo que es particularmente llamativo de las así llamadas constantes del universo es lo impresionantemente bien ajustadas que tenían que haber sido muchas de ellas para hacer posible nuestra existencia.

Pero es cuando uno puede apreciar que no importa qué tan fuerte pueda ser una evidencia en favor del teísmo; siempre habrá personas que, como se dice popularmente, «le va a buscar la quinta pata al gato».

Por ejemplo, en un artículo escrito por Steven Weinberg, él señala lo siguiente:  «Algunos físicos han argumentado que ciertas constantes de la naturaleza tienen valores que parecen haber sido misteriosamente ajustados con precisión, para tomar valores que permitan la aparición de la vida. No estoy impresionado por esos supuestos ejemplos de ajuste fino. Por ejemplo, uno de los ejemplos más usados de ajuste fino tiene que ver con las propiedades del núcleo del átomo de carbono.» [4] A continuación Steven Weinberg amplía por qué él no cree en el fino ajuste del de las propiedades del núcleo del carbono.

No entiendo por qué Weimberg menosprecia lo impresionante que es el fino ajuste del universo; como él mismo dice, varios de sus colegas (algunos de ellos ateos) no han escondido su asombro de ese hecho:

«A donde quiera que los físicos miren, ellos ven ejemplos del fino ajuste» Sir Martin Rees [5].

«Si alguien asegura no estar sorprendido por las características especiales del universo, él/ella está escondiendo su cabeza en la arena, estás características especiales son sorprendentes y poco probables» David Deutch [6]

¿Qué opinará sobre esto el señor Weimberg?


El problema es que Weinberg no detalla que no es una la variable que tiene que ser finamente ajustada, sino al menos: la velocidad de la luz; la constante gravitacional; la constante de Plank; la relación masa energía de Planck; la masa del electrón protón y neutrón; masa de arriba, abajo, del quark extraño; relación de la masa entre protón y electrón; la constante de acoplamiento gravitacional; la constante cosmológica; la constante de Hubble; entre otros. 

Cualquiera de esas constantes que estuviesen ligeramente fuera de rango, haría imposible la vida en el universo. Por ejemplo la gravedad, si la gravedad variara su constante en 1 x 10^60 ava parte, ninguno de nosotros existiría. Otras variables, como la tasa de expansión del universo temprano, son mucho más inconcebiblemente demandante de precisión. (Recomiendo ver en You Tube el video: The Fine Tune of the Universe) [7]

El propio Stephen Hawking (famoso por su posición y declaraciones ateas) no parece pensar igual que Weinberg respecto de la «trivialidad» del fino ajuste de ciertas constantes del universo. 

Procedo a transcribir lo que él mismo (Stephen Hawking) declara en un video colgado a You Tube:

«La existencia de la tierra y las propiedades que la hacen que pueda ser posible que la vida biológica se pueda desarrollar, depende de un muy fino balance entre las así llamadas constante de la naturaleza. Si ellas fueran un poco diferente, ni planetas como la tierra se hubiesen formado, ni los procesos químicos necesarios para la vida hubiesen tenido lugar.

Uno podría tomar esto como evidencia de un creador divino, pero una explicación alternativa es la que es conocida como el multiuniverso. La idea es que hay muchos posibles universos con diferentes valores de las constantes.

Solo en un pequeño número de universos que sean adecuados, seres inteligentes se desarrollarían, y estarían en la posibilidad de formular la pregunta: ¿por qué es el universo tan cuidadosamente diseñado?»


De cualquier forma, aun aceptando la hipótesis de universos múltiples, tuvo que haber habido un comienzo del tiempo absoluto (como lo sugiere este universo), los universos no habrían sido eternos. ¿Qué habría causado el inicio absoluto del tiempo?

Naturalmente, esto del «multiuniverso» es solo una hipótesis (la cual, por cierto, comparte Steven Weinberg). Veamos lo que el mismo Hawking admite en la misma entrevista, cuando se le pregunta acerca de qué habría ocurrido antes del Big Bang:



«...de cualquier forma, la Teoría de Newton fue sustituida por la Toería General de la Relatividad de Albert Einstein...eso permitió concebir el inicio del universo cual polo sur con los grados de latitud jugando el rol del tiempo. Preguntar por algún instante antes del inicio [del universo. Big Bang] sería como preguntar de un punto al sur del polo sur» [8]



Luego, no es que no sea abrumadoramente impresionante la precisión con la que tienen que funcionar muchas constantes del universo para hacer posible la vida, sino que es parte de la filosofía de algunos científicos dominantes de hoy en día buscar cualquier explicación para los fenómenos observables que, naturalmente, no incluyan a Dios, sin importar la enorme fe que haya que tener en esas alternativas no comprobables.

Pero luego de eso, el maravilloso origen de la vida. ¿Azar o Propósito? Ya lo discutiremos en nuestra próxima entrega.











[4] Artículo: ¿Un universo diseñado?, párrafo 12, Steven Weinberg.

[5] Ver en You tube: «The Fine Tuning of the Universe»; min: 2:38.

[6] Ver en You tube: «The Fine Tuning of the Universe»; min: 2:52.

[7] Ver en You tube: «The Fine Tuning of the Universe».

[8] Richard Dawkins meets Stephen Hawking.  [ http://youtu.be/LIhVCrAKSoY ]

domingo, 7 de junio de 2015

Otra Historia del Tiempo (Parte 2) (El origen del universo)


Básicamente, esto es lo que el evolucionismo ateo pide que sea aceptado como verdadero:

Como por arte de magia, sin nada que lo cause,  sin un motivo aparente, el universo emerge de la nada. Todo el universo habría estado concentrado en un espacio menor que una bola de golf; más aún, que el de la cabeza de un alfiler; de hecho, matemáticamente en un espacio igual a la nada. Y así se expande hacia todas las direcciones creando conjuntamente la materia, el espacio y, lo más importante, ¡EL TIEMPO!. Todo, absolutamente todo: las estrellas, los planetas, las galaxias, ¡todo por obra del azar!.

De conformidad con la Teoría de la Relatividad de Einstein, esa continua expansión del universo tendría tres posibles finales relacionados con la densidad del mismo, según tengamos un universo cerrado, plano o abierto.

La hipótesis de un universo cerrado está cada vez más descartada; la evidencia de que aparentemente el universo se acelera mientras se expande (sin que sepamos qué causa esa aceleración) conduce –entre otras causas– a pensar que el universo nunca se va a contraer, con lo que se descartaría, también, la hipótesis de un universo que nace y muere en eventos sucesivos; en consecuencia, al Big Bang no lo habría precedido el Big Crunch. No habría existido el tiempo antes del Big Bang; mucho menos un universo previo producto de una serie infinita de un universo que se expande y se contrae para luego volver a surgir en un nuevo Big Bang. Entonces, ¿qué causó este universo, si de la nada, nada surge?

Todo parece indicar hacia un fin del universo que poco tiene que ver con el inicio de un próximo, y que nos ayuda en poco a inferir cuál pudo haber sido la causa del inicio de este.

Pero más allá del misterio de cómo surge el universo, está el tema del fino ajuste de ciertas constantes que existen en él, de las cuales, una increíblemente pequeña variación, habría hecho imposible nuestra propia existencia.

Pero de esto hablaré más ampliamente en nuestra próxima entrega....

Continuará...

martes, 2 de junio de 2015

Otra Historia del Tiempo (parte 1) (Introducción)

Alguien preguntará: ¿por qué es que todos (o la mayoría) de los ateos que conozco son brillantes?

He aquí la respuesta simple y sencilla que he encontrado para esa cuestión: no es que para ser brillante haya que ser ateo evolucionista, sino que para ser ateo evolucionista hay que ser brillante (salvo uno que otro «unta'o»). No hay otra forma de concebir todo lo que tuvo que haber ocurrido por «azar», para que hoy nosotros estuviésemos aquí, y tanto el universo como nuestra casa cósmica exhiban el orden perfecto que tiene que existir como prerrequisito de nuestra propia existencia.

Un argumento usado por los ateos para esgrimir la pretendida demostración de la no existencia de Dios es decir que la ciencia está de su lado, y que el concepto que hoy tenemos de Dios es lo que ellos llaman «The God of the gaps» (El Dios de los huecos) dando a entender que los resquicios que faltan ser llenados por el conocimiento ciéntífico son los que aún dan lugar a la fe.

La verdad es que por definición (y al encontrarse restringuida a las posibilidades humanas) la ciencia no tiene herramientas para poder concluir sobre la cuestión divina, de hecho, como veremos, muchos de sus descubrimientos lejos de alejarnos nos acercan a la noción de un Creador.

¿Qué ocurre con las personas dedicadas a este oficio (Los así llamados científicos)? Según una encuesta hecha en Estados Unidos por Larson, en 1996, aproximadamente el cuarenta por ciento de los científicos es creyente.

La cifra podría parecer llamativamente baja, cuando se contrapone con la proporción de creyentes que hay entre el público en general. Sin embargo, cuando se le compara con una encuesta similar que se hizo hacia el 1914 (La de Leuba)  [1] podemos apreciar que no necesariamente se trata de una nueva tendencia, ya que los números reflejan prácticamente el mismo nivel de incredulidad entre los científicos de aquella y esta época.

Sin embargo, ¿Qué puede explicar que la proporción de creyentes entre la comunidad científica sea consistentemente más baja que en el resto de la población? A mi juicio,  es un asunto de preconcepción más que el hecho de que ese oficio lleve a alguien a concluir en contra de la existencia Divina.

De hecho –como veremos en esta serie de artículos–, no ha sido uno quien, a la luz de los nuevos hallazgos de la ciencia, termina aceptando que lejos de la presunción original de ateísmo, tiene que haber un Dios que lo haya creado todo. 

Tal es el caso del ateo más influyente del siglo XX, Anthony Flew, que ya en el 2004 había declarado su acercamiento al teísmo, y más adelante escribió su libro  «There is a God: How the World's Most Notorious Atheist Changed His Mind» (Hay un Dios: cómo el ateo más notorio del mundo cambió su mentalidad).

Antony Flew básicamente declaró: «Creo ahora que el universo fue traído a la existencia por una inteligencia infinita. Creo que las intrincadas leyes del universo manifiestan lo que los científicos llaman «La Mente de Dios». Creo que la vida y la reproducción tienen su origen en una fuente divina. ¿Por qué creo ahora esto, después de haber expuesto y defendido el ateísmo durante más de medio siglo? La breve respuesta es la siguiente: tal es la imagen del mundo que, en mi opinión, ha emergido de la ciencia moderna.» [2]. y también: «en resumen, mi descubrimiento de lo divino, ha sido una peregrinación de la razón, más que de la fe». [3]


Continuará....

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[1] Comparación de los resultados de las encuestas de Leuba (1914 y 1933) y Larson (1996-98). [ http://www.quantum-rd.com/2010/09/hawking-dios-no-ha-creado-el-universo.html ].

[2] FLEW, A, Dios Existe, p 87

[3] http://www.tendencias21.net/La-ciencia-provoco-la-conversion-del-ateo-mas-famoso-del-mundo_a16638.htm.