domingo, 30 de agosto de 2015

Otra Historia del Tiempo (parte 13) (El Ser Humano)

Y después de que han ocurrido todos estos «milagros» evolutivos  en donde el ojo ve, el oído oye, el olfato huele, las papilas gustativas gustan, el tacto siente, un buen día al «homo erectus» se le ocurre «mirar a las estrellas» y escapar así de la prisión instintiva del presente, y es capaz de agregar al tiempo las dimensiones del pasado y del futuro permitiéndose hacer entonces las más asombrosas preguntas: ¿de dónde vengo?, ¿cómo llegué aquí?, ¿a dónde voy?. 

«Por arte de magia», la evolución asesta su último golpe y en una sola especie se ven «evolucionada»: el habla, el razonamiento, la inteligencia,  la creatividad, la escritura, la esperanza, la fe (aun en ateos), el amor (o el odio), la conciencia, la moralidad; todas ellas propiedades exclusivas del ser humano.

O sea, una sola especie se alza con características que cada una de ellas, de forma aislada, era infinitamente improbable que surgieran espontaneamente, ahora todas surgen en un solo ser –«Es caprichosa la naturaleza»– decidiendo no repartir esos atributos entre especies distintas.

Y es este ultimo asunto, la moral, que precisamente refuerza la postura teísta de que hay un Dios Creador, o sea, por mucho que se trate de justificar cómo la evolución (basada siempre en el triunfo del más poderoso, sobre el más débil) nos llevó a ser seres cooperadores, incluso entre desconocidos, conscientes de lo que está bien, y de lo que está mal (aun cuando se opte por practicar el mal). Nos llevó a tener ese «sustico» (aun cuando se ignore) cuando uno sabe que no está haciendo lo correcto.

Es decir, la evolución decide cambiar el rumbo, y en lugar de beneficiar al más fuerte y dominante, ahora decide premiar al que más desarrollado tenga el sentido de cooperación y altruismo. Y así, un buen día, «el hombre decide inventar a Dios».

Y más o menos así transcurre la historia. Más o menos así pasa la cosa. Más o menos, eso fue lo que pasó....cositas más, cositas menos...pero, en cualquier caso es una historia que de acuerdo de quién la cuente puede parecer más o menos científica, más o menos racional.

Dependiendo de quién la cuente nos parecerá una verdad científica algo que más bien está a años luz de ser demostrado. Y parecera que no es aceptable la causa que de hecho es la mejor explicación de que haya ocurrido todo lo que ha ocurrido en esta historia.

Y dependiendo de quién lea...dependiendo de quién lea creerá una cosa o la otra: buscará mil y una explicaciones para explicar todo lo que ve a su alrededor en el mundo natural, o aceptará que la mejor explicación de todo eso es Dios.

¿Pero qué tanto tiempo transcurrió para que todo esto ocurriera? Conversaremos un poco sobre esto en nuestra próxima entrega...






sábado, 22 de agosto de 2015

Otra Historia del Tiempo (parte 12) (Complejidad de los Órganos)

En cuanto a la aparición de órganos tan extremadamente complejos como el ala, estos habrían surgido, también, producto de mutaciones y el azar, pero, ¿qué es un ala cuando todavía no es un ala?; es decir, ¿para qué habría servido esa pseudo ala en todo el proceso evolutivo hasta terminar de formarse? ¿Cómo es que se puede pasar gradualmente de no volar a de repente, un buen día, volar?

Pero lo curioso es que si inconcebiblemente improbable es que surgiera este órgano por azar evolutivo, mucho menos lo es que apareciera ¡CUATRO VECES!, por cuatro «caminos» diferentes, como propone la evolución.

De hecho, el evolucionista Peter Wellnhofer –especializado en aves– argumenta: «es improbable que un órgano tan inusual como el ala evolucionara dos veces»  [27]

Ahora el ojo, cuya extrema complejidad el propio Darwin la definía como el Talón de Aquiles de su teoría. Imagine la creatividad que se necesita para concebir cómo evoluciona el ojo. Curiosas y complejas explicaciones se han dado para explicar de qué forma se habría formado este órgano –siempre guiado por la mano del azar–; y siempre que leo sobre eso, noto que se menciona que a partir de que el ojo evolucionaba, eso daba ventaja a los organismos para protegerse de los depredadores; y yo me pregunto: ¿cuáles depredadores, si ellos (los hipotéticos depredadores) eran ciegos?

Y, nuevamente, no solo es infinitamente improbable la formación por azar del ojo, sino que de acuerdo a la evolución, este órgano habría aparecido no cuatro veces (como el ala), ¡Sino CUARENTA veces, por CUARENTA caminos diferente!, en los diferentes animales de la naturaleza [28]

Desde hace cuatro meses, Emma Noelia me ha hecho feliz padre por segunda vez. El hecho me ha llevado a reflexionar sobre un asunto que tendría una implicación interesante dentro del tema de la evolución: la lactancia.

Es decir, está claro que es común entre los mamíferos la lactancia, y que cualquier avezado teórico de la evolución podría pretender explicar la transición entre un animal y otro dentro de este grupo de seres vivos, pero ¿a qué animal hembra se le ocurriría la idea de pegar la cría en su pecho, y que de ahí fluiría alimento para sostener a su descendencia?

Me esfuerzo por hacer comprender al lector sobre la trascendencia del asunto; es decir, imaginar todas las cosas que tuvieron que haber ocurrido para que se desarrollara ese reflejo de succión de las crías a la par con que la «fábrica» de leche materna se creara y activara por azar; estableciendo espontáneamente todo un proceso, primero con el calostro, y más adelante con la leche materna _per se_, combinándose de forma maravillosa la necesidad de la cría (que ocurre en un ser) con la provisión de la madre (que ocurre en otro ser). ¡Hágame el favor! ¿No cree el lector que no exagero si le llamo a esto «el milagro de la lactancia»?

Y luego, no solo es extrema la complejidad específica de cada órgano, sino que deben acoplarse de forma armónica entre todos ellos, para conformar el complejo sistema de la biología humana, o animal.

Ahora bien, ¿qué esperaría la filosofía evolucionista que ocurriera con los órganos a medida de que una especie se va convirtiendo en otra especie? ¡Simple!, que los órganos no propios de la segunda especie se vayan quedando sin función, pero que queden ahí, al menos por algún tiempo, hasta que la evolución se encargue de terminar estirpándolos. A esos órganos se les habría llamado «órganos vestigiales».

A principio de 1900,R. Widershame, motivado por la filosofía de la evolución, hizo una lista de 180 órganos humanos que, como no se conocía su funcionamiento todavía, fueron considerados como vestigiales. Ese hecho, según se creía, era «una prueba más» de la evolución.

A medida que se va encontrando el funcionamiento de los otrora llamados órganos vestigiales, la lista de órganos humanos considerados como tales es mucho menor, y a la vez muy debatida. [29] ¿Qué pasara cuando la ciencia siga avanzando, y encontremos las funciones de los órganos que hoy nos pudieran parecer ociosos?

Pero entonces nos cuentan que por obra del azar surge también el ser pensante, que analiza, que proyecta, que pondera, que razona, que habla, que calcula, que escribe, que nos lee....sobre eso hablaremos en nuestra próxima entrega.











[27] as quoted in Gibbons, 1996, 274:720). Unlikely indeed!

[28] http://youtu.be/PSCDwnsIv0k


[29] http://creacionismo.net/genesis/Presentaci%25C3%25B3n/organos-vestigiales

lunes, 17 de agosto de 2015

Otra Historia del Tiempo (parte 11) (Fraudes con Fósiles).

Ahora bien, amén del enorme vació de fósiles que presentamos en la entrega anterior, tenemos otros tantos que no han sido más que el resultado de acciones fraudulentas:

El Hombre de Piltdown es quizás el caso más relevante en este asunto, pues por cuarenta y cinco años estuvo exhibiéndose como evidencia irrefutable de evolución humana; transcurrido ese tiempo, se comprobó y publicó su falsedad.

Entre los años 1921 y 1937 habrían sido encontrado los fósiles del Hombre de Pekín; en su momento, el hombre de Pekín fue considerado «el primer eslabón perdido» que justificaba la teoría de la evolución. En noviembre de 1941 los huesos habrían sido enviados a Estados Unidos para ser protegido de una invasión japonesa. Sin embargo, de camino, los fósiles desaparecieron, para nunca más poder volver a ser estudiados, ni verificarse su autenticidad.

No tan lejos en el tiempo, el 15 de octubre del año 1999 la National Geographic Society anunció con bombos y platillos que había sido hallado un fósil del Archaeoraptor, el cual, según se dijo en rueda de prensa, representaba el eslabón perdido del ancestro común entre las aves y los dinosaurios. Al año siguiente, en el 2000, salió a la luz pública que dicho fósil resultó ser un fraude. [25]

Sobre otro fósil, el Archaeopteryx, se argumentó que con su hallazgo se encontró uno de los eslabones de la larga cadena que también se había venido asumiendo que unía a las aves modernas con los dinosaurios, de los cuales se dice que son ancestros de los plumíferos voladores. El Archaeopteryx mostraba, según se alegaba, indubitables características que mostraban la transición del dinosaurio al ave.

120 años después de la aparición de primer fósil del Archaeopteryx (1980) un científico judio (Lee Spetner) cuestiona la autenticidad del Archaeopteryx. Resulta extraño que de los ocho especímenes de Archaeopteryx casi ninguno tiene señal de haber tenido plumas, y que los dos que sí tienen señal de haberlas tenido fueron vendidos por padre e hijo, uno al museo británico, y otro al museo de Berlín (Karl Haberlein y Ernst Haberlein, respectivamente). 

Desafortunadamente el fósil del museo de Londres (al menos) ha sido puesto aparte y nuevos estudios no han podido ser hechos sobre este especimen [26]. 

El Hombre de Nebraska, es el típico caso en los que hallándose una pequeñísima fracción de un fósil, y con una enorme creatividad se figura todo un cuerpo de «homo sapiens».

En este caso, con el hallazgo de un solo diente se pretendió decir que el mismo pertenecía a algún hombre ancestral. Con el tiempo, se demostró que ese diente pertenecía a un cerdo.

Entonces, ¿qué credibilidad merecen aquellos «fósiles» cuya integridad no tengamos por qué creer? (Me refiero a aquellos que pudieran existir y que su falsedad aún no se haya ventilado a la luz pública). Creo que William Dembski tiene razón cuando dice: «los plagios y la falsificación de data son mucho más común en ciencia que lo que quisiéramos admitir».

Pero ¿qué de los órganos complejos?, ¿qué de los órganos vestigiales?, ¿qué de otros problemas que hay para explicar la trancisión entre especies? Todo eso lo discutiremos en los próximos capítulos....







[25] http://news.nationalgeographic.com/news/2002/11/1120_021120_raptor.html

[26] Morris and Morris, 1996, 2:67-68

sábado, 8 de agosto de 2015

Otra Historia del Tiempo (Parte 10) (Problemas con la Gradualidad Evolutiva)

Así que la evolución per se es prácticamente tan improbable como el mismísimo origen de la vida. Pero aun así, según la postura darwinista, la vida sigue adelante  y de forma curiosa, los organismos deciden cambiar el sistema reproductivo por el de la sexualidad. varón y hembra, ahora, son necesarios.

Como prueba irrefutable de su teoría, Darwin postulaba lo siguiente: «la cantidad de eslabones intermedios y de transición entre todas las especies vivas y extinguidas ha de haber sido inconcebiblemente grande» [18]. Hace más de ciento cincuenta años, Darwin entendía que la geología de su época no estaba lo suficientemente desarrollada como para comprobar su teoría, pero con el tiempo, y el avance de esa disciplina, la «inconcebiblemente grande» cantidad de fósiles intermedios que demostrarían su teoría aparecerían.

Sin embargo, esto no ha ocurrido así. Tal es la escasez de auténticos «fósiles transicionales» que es la ciencia, no la religión, la que propone resolver el problema a través de la Teoría del Equilibrio Puntuado, según la cual,  las especies igual habrían evolucionado, pero no lo habrían hecho con la gradualidad propuesta por Darwin, sino que, cada tanto, debido a determinadas condiciones ambientales, las especies habrían dado un importante «salto evolutivo», intercalado por largos períodos de estabilidad de las especies. Después de todo, de alguna forma (naturalmente, «eliminando» a Dios) hay que explicar el enorme vacío que nos han dejado los registros fósiles.

Los defensores del Equilibrio Puntuado, así llamados «saltacionistas», defienden su hipótesis, basados en el hecho real de que con inesperada frecuencia –para Darwin– las especies aparecen completamente formadas en los substratos, y sin importantes cambios en su morfología durante su existencia en la tierra, asimismo desaparecen. ¡La evidencia del registro fósil, en nada se parece a lo que Darwin había asumido!

El evolucionista y ateo, Stephen Jay Gould, postulante del Equilibrio Puntuado, lo presenta de esta manera:

«La historia de muchos fósiles de especies incluye dos características particularmente inconcistentes con el gradualismo:

1-) Estancamiento: muchas especies no exiben ningún cambio direccional durante su permanencia en la tierra. Ellas aparecen en el récord fósil luciendo muy parecido a como lucen cuando cuando desaparecen. Los cambios morfológicos son usualmente limitados y adireccionales.

2-) Aparición Repentina: en cualquier área local, una especie no surge producto de la paulatina transformación de su antecesor; ella aparece de repente y totalmente formada. [19]

Más adelante, Robert B. Carroll afirmó: «Lo que está faltando aquí son las múltiples formas intermedias según la hipótesis de Darwin» [20]

Jonathan Wells escribe: «La evidencia fósil es tan fuerte, y el evento tan dramático, que ha venido a ser conocido como "la explosión cámbrica" o “El Big Bang biológico"» [21]

Pero ¿qué sobre los fósiles que sí han aparecido? En nuestra próxima entrega hablaremos detalladamente sobre eso.









[21] El Origen de las Especies

[22] Stephen J. Gould, «Evolution's Erratic Pace» Natural History 86 (1977).

[23] "Towards a New Evolutionary Synthesis," Trends in Ecology and Evolution 15 [2000]: 27-32).

[24] Wells, Icons of Evolution, 37.



lunes, 3 de agosto de 2015

Otra Historia del Tiempo (Parte 9) (Improbabilidad Estadística de la Evolución.)

Como hemos visto, el profesor Tour habla de las simultaneidades que tendrían que haberse dado en el proceso evolutivo, y de lo extremadamente complejo que debía haber sido el asunto; al punto que él, siendo uno de los científicos más influyente del mundo [19], no solo no puede comprender cómo la evolución pudo haber ocurrido (si es que tal cosa ocurrió), sino que declara que nadie, a nivel microscópico, hasta donde él sabe, la comprende tampoco (incluyendo premios nobel que él ha interrogado personalmente).

Pero dejando de lado todo eso, y concediéndole a los evolucionistas que el simple proceso lineal de las mutaciones, combinado con la selección natural y el tiempo necesario, pudiera dar cuenta de la mejor explicación de la biodiversidad; veremos cómo otra ciencia, en este caso las matemáticas (vía estadística aplicada) también cuestiona seriamente esa posibilidad. 

Alguien que escribe para The Institute for Creation Research presenta la improbabilidad de la evolución de este modo:

«De acuerdo a la teoría de la evolución más ampliamente aceptada hoy en día, el único mecanismo para la evolución es el de la mutación aleatoria combinada con la selección natural. Las mutaciones son cambios aleatorios en los sistemas genéticos. La selección natural es considerada por los evolucionistas como un tipo de tamiz, el cual retiene las mutaciones "buenas" y hace que las otras ["las malas"] perezcan,

Tomando en cuenta que los cambios aleatorios en sistemas organizados casi siempre hace decrecer el nivel de orden de esos sistemas, prácticamente todas las mutaciones son dañinas para los organismos que la experimentan. Aun así, los evolucionistas insisten en que cada organismo complejo del mundo de hoy ha surgido de una larga cadena de acumulación gradual de mutaciones "buenas" preservadas por la selección natural. De hecho, nadie ha observado jamás una mutación genuina que haya ocurrido en el ambiente natural y que haya sido beneficiosa (esto es, añadiendo información genética útil a un código genético existente), y luego, retenido por el proceso de selección. Sin embargo, por alguna razón, la idea tiene cierta cualidad persuasiva, y parece eminentemente razonable para muchas personas...hasta que se examina cuantitativamente, ¡veamos!

Por ejemplo, considere un muy simple organismo putativo compuesto por solo doscientas partes integradas y funcionales, y el problema de derivar ese organismo por este tipo de proceso. El sistema, presumiblemente, habría empezado con solo una parte y posteriormente, gradualmente, construido por sí mismo a través de varias generaciones en el organismo organizado en 200 partes. El organismo en desarrollo, en cada etapa sucesiva, debe, el mismo, ser integrado y funcional en su ambiente para así lograr sobrevivir hasta su siguiente etapa. Cada etapa sucesiva, por supuesto, se convierte en menos probable que la anterior, tomando en cuenta que es mucho más fácil para un sistema complejo degradarse que sofisticarse. Un sistema integrado compuesto de cuatro componentes puede más fácilmente «mutar» (esto es, que de alguna forma cambiar de repente) a un sistema de tres componentes (o incluso un sistema infuncional de cuatro componentes) que un sistema integrado de cinco componentes. Si, en cualquier paso de la cadena el sistema muta «degradándose», entonces el sistema queda todo destruido o, al menos, se mueve hacia atrás, en el sentido evolucionario.

Luego, la producción exitosa de un organismo de doscientos componentes funcionales requiere, por lo menos, doscientas «mutaciones» exitosas, cada una de las cuales es extremadamente improbable. Aun los evolucionistas reconocen que las verdaderas mutaciones son muy raras, y las mutaciones benéficas son extremadamente raras –no más de una en mil mutaciones son beneficiosas, cuando mucho.

Pero démosle a los evolucionistas el beneficio de cada consideración. Asuma que, en cada paso de mutación, existe la misma posibilidad de que la mutación sea buena o mala.  Entonces, la posibilidad para el éxito de cada mutación sería uno de dos, o bien, el cincunta por ciento. La teoría de estadística elemental muestra que la probabilidad de que doscientas mutaciones sucesivas sean exitosas es de (1/2)^200, lo que equivale a 1 en 1 x 10^60. El número 1 x 10^60, si se escribiera, sería un uno (1) seguido de sesenta ceros. En otras palabras, la posibilidad de que un organismo de doscientos componentes pueda ser formado por mutación y selección natural es menos de uno en un ¡billón de billón de billón de billón de billón! Para que nadie vaya a pensar que un organismo de doscientas partes es irracionalmente complejo, es bueno tomar en cuenta que una célula de una planta o de un animal podría tener millones de partes moleculares.

Algún evolucionista podría reaccionar diciendo que aun cuando algún organismo mutante podría no ser exitoso, seguramente alguno, alrededor del mundo, lo sería, especialmente en los diez mil millones de años (o 1 x 10^18 segundos) de edad asumida de la tierra. Luego, imaginemos que cada uno de los 1,014 pies cuadrados de la superficie terrestre alberga mil millones de sistemas mutantes, y que cada mutación requiere medio segundo (de hecho, cada mutación requeriría mucho más tiempo que este). Cada sistema podría entonces proceder con sus doscientas mutaciones en cien segundos y así, si no es exitosa, se inicia nuevamente el proceso, para un nuevo intento. Luego, En 1 x 10^18 segundos puede haber entonces 1 x 10^18 sobre 1 x 10^2 (lo que equivale a 1 x 10^16 intentos) por cada sistema mutante. Si se multiplican todos estos números, habría un total de posibles intentos de de desarrollo de algún sistema de doscientos componentes igual a   (1 x 10^14)(1 x 10^9)(1 x 10^16), lo que equivale a 1 x 10^39 intentos. Tomando en cuenta que la probabilidad de éxito de cualquiera de esos sistemas es de uno en 1 x 10^60, es obvio que la probabilidad de que solo uno de esos 1 x 10^39 intentos pudiera ser exitosa es solo de uno en 1 x 10^60 entre 1 x 10^39, o bien, 1 en 1 x 10^21.

Todo esto significa que la posibilidad de que cualquier tipo de organismo integral funcional  de doscientos componentes pueda ser desarrollado por mutación y selección natural solo una vez, en cualquier lugar del mundo, en todo el tiempo que se ha asumido de edad geológica, es solo de una posibilidad en mil billones. Luego, ¿¡a qué posible conclusión podemos nosotros arribar a partir de estas consideraciones excepto que la evolución como consecuencia de la mutación y la selección natural es matemáticamente, y lógicamente indefendible!?

Opinión del autor del documento:

[De acuerdo al autor de este documento] ha habido muchas otras maneras en la que los escritores creacionistas han usado los argumentos probabilísticos para refutar el evolucionismo, en especial, los cambios aleatorios preservados, si es que son beneficiosos, vía la selección natural. James Coppedge dedicó casi un libro entero, Evolución: Possible o imposible (Zondervan, 1973, 276 pp.), para este tipo de argumento. Yo he usado también otro tipo de argumento probabilístico, para el mismo fin (ver, por ejemplo, Science and Creation, Master Books, pp. 161-201).

El primer libro así, hasta donde recuerdo, que usó matemáticas y probabilidades para refutar la evolución fue escrito por un pastor, W. A. Willians, hacia el año 1928. Titulado «Evolution Disproved», causó una gran impresión en mí cuando lo leí por primera vez al rededor del 1943, en una época en que yo mismo estaba aún batallando internamente con la evolución.

De hecho, hay evolucionistasven si mismo que han atacado el darwinismo tradicional sobre la misma base (ver Wistar Institute Symposium, Mathematical Chalenges to the Neo-Darwinian Interpretation of Evolution, 1967, 140 pp.). A pesar de que estos científicos no rechazan la evolución per se, ellos insistieron en que el postulado de aleatoriedad darwiniana nunca funcionaría.

Más aún, tomando en cuenta la ley de la creciente entropía, o segunda ley de la termodinámica, es, esencialmente, un asunto de probabilidades, muchos autores también han usado esa ley en sí misma para mostrar que la evolución en cualquier escala significativa es esencialmente imposible. Usualmente, los evolucionistas han ignorado estos argumentos, o bien, han usado en su contra argumentos vagos («Cualquier cosa puede ocurrir dado el tiempo necesario»; «La tierra es un sistema abierto, así que la segunda ley de la termodinámica no aplica»; «El orden puede surgir a partir del caos a travez de estructuras disipativas»; etc.).

En el mundo real de la observación científica, en contraposición con la especulación metafísica, ningún sistema más complejo puede nunca evolucionar de un sistema menos complejo, así que la probabilidad del origen naturalístico de apenas la más simple imaginable forma de vida es cero.

La existencia de la complejidad de cualquier tipo es evidencia de Dios y de la creación. Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio. (Isaías 40:26 RVR1960)» [20]

En nuestra próxima entrega veremos qué ocurre con la evolución a nivel macroscópico, morfológico y de fósiles...










[19] Desde el comienzo de su carrera ha obtenido diferentes reconocimientos tales como: Licenciatura en Ciencias, Cum Laude, de la Universidad de Syracuse, 1981 Celanese Corporation de Becas de Postgrado en Química de la Universidad de Purdue, 1981-1982 Instituto Americano de Químicos Premio, 1981 Beca completa de IBM Corporation de Postgrado en Química de Polímeros de la Universidad de Purdue 1985-1986 Oficina Naval de Investigación Premio Joven Investigador de en química de polímeros, 1989-1992 Fundación Presidencial de Ciencia, Premio Nacional de Jóvenes Investigadores en química de polímeros, 1991-1996 Honda Premio a la Innovación, nanocarros, 2005 American Chemical Society, Southern Químico del Año 2005 Nanotech Briefs Nano 50 Premio a la Innovación 2006 Premio Feynman en Nanotecnología, 2008 Premio de la Ley Espacial de la NASA en el año 2008 por su desarrollo de nanotubos de carbono reforzado con elastómeros. Premio a la nanotecnología Center de Houston Technology, 2009

Recientemente destacan el haber sido nombrado entre " Los 50 científicos más influyentes en el mundo de hoy " por TheBestSchools.org en 2014, así como "Científico del Año" por R & D Magazine, 2013 y obtener el premio George R. Brown para la Enseñanza Superior, de la Universidad de Rice, 2012 y el Premio Cátedra ACS Nano de la American Chemical Society, 2012.



[20] http://www.discovery.org/scripts/viewDB/filesDB-download.php?command=download&id=660


sábado, 1 de agosto de 2015

Otra Historia del Tiempo (Parte 8) (La Evolución Vista desde el Microscopio)

Si la evolución verdaderamente ocurrió, debemos empezar a buscar sus pistas en las huellas que ella debió dejar a nivel molecular, que es de donde se dan las órdenes para que los organismos complejos lleguen a tener la morfología que luego llegan a tener.

Y a tantos años de estarse estudiando y haber sido aceptada por amplios círculos científicos deberíamos tener conocimientos mínimamente concluyentes acerca de cómo, a nivel celular, esto pudo haber ocurrido.

En cambio, ¿qué dicen expertos sobre esta cuestión?

Michael Denton Observa: «A Nivel molecular, no hay trazas de la transición evolucionaría del pez al reptil al mamífero. ¡Así que el anfibio, considerado siempre como el intermediario entre el pez y otros vertebrados terrestres, están, en términos moleculares, tan lejos del pez como cualquier grupo de reptiles o mamíferos! Para esos bien familiarizados con la imagen tradicional de la evolución de los vertebrados el resultado es verdaderamente sorprendente. [17]


Cuando James Tour, uno de los diez químicos más citados en el mundo, fue cuestionado sobre el asunto, respondió lo siguiente:

«...les diré, como científico y químico sintético: si alguien debería ser capaz de entender la  evolución soy yo, porque yo hago moléculas para vivir de eso, y no es que yo compre un kit, y mezcle esto y mezcle esto, y obtengo aquello. Yo quiero decir, ab initio, yo hago moléculas. Y entiendo qué tan duro es hacer moléculas. Yo entiendo que si yo tomo los kits  de herramienta de la naturaleza sería mucho más fácil, porque todas las herramientas han de estar previamente ahí, y yo solo mezclaría en la correcta proporción, y lo haría bajo determinadas condiciones, pero, ab initio, es muy muy difícil.

Yo no entiendo la evolución, y se los confieso. ¿Está bien de mi parte decir que yo no comprendo esto?, ¿está bien? Yo sé que hay muchas personas por ahí que no sabe nada de síntesis orgánica, pero ellos entienden la evolución. Yo entiendo mucho sobre hacer moléculas, y no entiendo la evolución. Y usted dirá: "¡wao, eso debe ser realmente inusual!" [que un científico de su categoría no entienda cómo pudo haber ocurrido la evolución].

Déjenme que les cuente lo que ocurre tras bastidores de los salones de ciencia –con miembros de la National Academy, con ganadores de Premio Nobel– me he sentado con ellos, y cuando estoy solo con ellos, no en público –porque es espeluznante, si usted dice lo que yo dije– y digo: ¿usted entiende todo esto?, ¿de dónde vino todo esto?, ¿cómo ocurrió todo esto? Cada vez que me he sentado con personas que son químicos sintéticos, que entienden de todo esto [biología molecular], ellos dicen: "uh uh. No". Estas personas están simplemente muy lejos, en comprender cómo todo esto ocurrió. Me he sentado con miembros del National Academy, con ganadores de Premio Nobel. Y algunas veces les digo: ¿Usted entiende esto? Y si tienen temor de decir «sí» entonces no dicen nada. Ellos simplemente me miran, porque no pueden, con sinceridad, decir que sí.

Una vez fui llevado al decano del departamento, muchos años atrás, y él era un químico. Él estaba algo preocupado sobre algunas cosas. Y le dije: "Déjeme preguntarle algo. Usted es químico. ¿Usted entiende esto? ¿Cómo usted obtiene un ADN sin una membrana celular? ¿Y cómo usted obtiene una membrana sin un ADN? ¿Y cómo todo esto se une desde un pequeño trozo de gelatina?" No tenemos idea. No tenemos idea. Y dije: ¿no resulta interesante que usted, el decano de ciencia, y yo, el profesor de química, podemos hablar de esto tranquilamente en su oficina, pero no podemos salir allá afuera y hablar sobre esto?"

Si usted entiende cómo ocurrió la evolución, por mí está bien. Yo no voy a tratar de cambiarlo, para nada. De hecho, desearía tener e nivel de comprensión que usted tiene.

Pero hace alrededor de siete u ocho años atrás yo publiqué en mi página web que yo no entiendo. Y dije: "compraré un almuerzo para cualquiera que se quiera sentar conmigo y me explique a mí la evolución, y no voy a refutarle nada hasta llegar al punto en donde yo no entienda algo –ahí preguntaré por aclaración–. Pero no puede zigzaguear y decir: "Esta encima hace aquello." Usted tiene que profundizar en los detalles de dónde las moléculas son construidas, para mí. Hasta la fecha, nadie aún ha venido.

La sociedad de ateos me contactó. Ellos me dijeron que ellos pagarían el almuerzo, y ellos desafiaron a su propia institución: "Ve allá a Houston y tengan un almuerzo con este individuo, y háblenle". ¡Nadie ha venido! Ahora, recuerden, porque solo voy a preguntar cuando deje de entender acerca de lo que usted esté hablando, ahí preguntaré. Así que yo sinceramente quiero saber. Yo quisiera creerla (la evolución), pero simplemente no puedo.

Ahora, yo entiendo la micro-evolución, de verdad que sí. Nosotros hacemos esto todo el tiempo en el laboratorio. Yo entiendo esto. Pero cuando usted tiene cambios de especies, cuando usted tiene órganos cambiando, cuando usted tiene que tener líneas concertadas de la evolución, todo ocurriendo en el mismo lugar y tiempo –no solo en una línea– líneas concertadas, todo en el mismo lugar, todo en el mismo ambiente...esto es muy difícil de entender.

Yo estaba en Israel no hace mucho, hablando con un bio-ingeniero, y [él estaba] describiéndome la oreja, y él estaba estudiando los diferentes cambios en el módulo de la oreja, y yo dije: ¿cómo ocurrió todo esto? Y él dijo: "Oh, Jim, tú sabes, todos creemos en la evolución, pero no tenemos idea de cómo ocurrió". Ahora, ahí hay un buen profesor judío para ustedes. O sea: eso es lo que es. Entonces, ahí es donde estoy. ¿Respondí la pregunta?» [18]

En nuestra próxima entrega haremos un rápido vistazo a los números; y veremos por qué creemos, sobre la base matemática, que la evolución no pudo haber ocurrido....

[17] Michael Denton, Evolution: A Theory in Crisis (Bethesda, Md.: Adler & Adler, 1985) 285. 

[18] (52:00 to 56:44) http://youtu.be/PZrxTH-UUdI