domingo, 13 de septiembre de 2009

El dinero: ¿evolución o involución?


El siguiente artículo surge como respuesta a un brillante escrito producido por mi amigo y casi hermano Brian Rosado. En este documento, el escritor nos pone en contacto con un interesantísimo personaje, David Suelo, de quien desarrolla un maravilloso análisis. Recomiendo enfáticamente su lectura para poder comprender con mayor claridad la respuesta que les presento a continuación en forma de artículo entrando a través del siguiente link:


http://briantieneunblogen.blogspot.com/search?updated-min=2009-01-01T00%3A00%3A00-08%3A00&updated-max=2010-01-01T00%3A00%3A00-08%3A00&max-results=6


Antes que nada querido amigo quiero felicitarte por tu notable habilidad de escritor y por tu oportuna selección del tema a tratar que nos acerca a vidas tan distantes así como concepciones y cosmovisiones tan particulares como la del Señor Suelo.
En cuanto a la idea de lo que es el dinero, recuerda que este no es el único medio posible para vivir una vida en sociedad y cooperación mutua, los Tainos por ejemplo nos demostraron que esto era posible hacerlo a través del trueque. Obviamente, el método antes citado sería absolutamente impracticable hoy en día dado lo complejo en lo que se convertirían las transacciones de la postmodernidad a través de este procedimiento. Es más, me atrevería a decir sin temor a equivocarme, que ningún desarrollo de la humanidad desde la era industrial hasta el presente habría sido posible bajo este esquema de intercambio. Pero he ahí precisamente el dilema. ¿Nos ha llevado la industrialización y la posterior postmodernidad a una vida mejor a nivel social e individual o todo lo contrario?
Es por eso, querido amigo, que producto de la avaricia humana, siento que se ha abusado de tan ingenioso mecanismo de intercambio, pues al dejar de tener un valor intrínseco como lo tuvieron nuestras monedas en algún momento (si se parte de una premisa distinta de la que tu partes en tu articulo y se asume que el oro si tiene valor por lo que es) pues cada una de ellas contenía en si misma la cantidad de oro que ella valía y no se limitaba a ser la representación de este mineral guardado en algún otro lugar.
Así es como Buenaventura Báez llego a pagar con dinero inorgánico a agricultores del Cibao (Región de la Republica Dominicana) que no tenían el respaldo en oro que se suponía que esas monedas debían tener, (conducta que mas adelante fue copiada por otros gobernantes dominicanos), siendo hoy en día aun más cuestionable el tema del valor del Dinero, que como agravante, en el caso de nuestras economías, su valor tiene su respaldo en Dólares americanos en lugar de oro, moneda que a su vez está en cuestionamiento la permanencia de su poder adquisitivo en el tiempo.
Más que nunca el dinero, que hoy adquiere múltiples formas, es fiduciario; con el riesgo, de que corresponde a los Gobiernos mantener el valor de un instrumento tan vulnerable para lo cual se requeriría un importante conocimiento de economía, pero sobre todo honradez, conciencia social y ética. Elementos, que al ser más escasos en el mundo de hoy ponen en peligro todo el sistema financiero, al menos tal y como lo conocemos que funciona hoy en día.
Hay que recordar que según tu relato lo que mueve originalmente al señor Suelo a adoptar ese nuevo estilo de vida era procurar el “desarrollo” de una comunidad que no tenia acceso a las posesiones materiales (Y posiblemente a la información) que tenemos hoy en día. Es decir que lo que se ha interpretado como una actitud antisocial se gesto a partir de una voluntad y de un accionar absolutamente altruista.
Es de ahí, mi dilecto compañero, de donde deriva que si bien la actitud del Señor Suelo puede ser interpretada como extremista y ermitaña no es menos cierto que aquella que ostentan quienes controlan el sistema es aún, mucho mas letal, peligrosa y antisocial.
Considero la lucha del Señor Suelo el resultado de una reflexión bien fundamentada (Quizás llevada al extremo) en cuanto a la insensatez de nuestra carrera en pos de la irracional acumulación de bienes sin discernir entre lo que es realmente provechoso y conveniente para nosotros y lo que no lo es. Tal como lo harían los indígenas de tu historia, que teniendo ahora acceso al dinero, carecían entonces de la sabiduría que les permitiera identificar que tomar y que dejar en pos de una vida mejor. Gracias, querido amigo, por la oportunidad de darnos a conocer a este personaje tan singular.