sábado, 18 de diciembre de 2010

¿Quién ganó Señor Presidente?

Excelentísimo Señor Presidente de la República Dominicana, Doctor Leonel Fernández Reyna:

Permítame iniciar el presente documento haciendo la misma pregunta sugerida en el título, pues debe tratarse de la más difícil que me haya planteado en los últimos tiempos. ¿Quien ganó Señor Presidente, al lograr imponer un presupuesto que a pesar del reclamo que el sector de la clase pensante dominicana le hacía, no contiene el 4% para la educación del PIB como contempla la ley?

Y formulo la pregunta, porque como sugerí antes, no logro encontrar la respuesta, aunque ciertamente, tengo la idea de que si alguien resulta beneficiado de este hecho, sin duda alguna no serán los intereses más puros, ni más nobles de la República Dominicana.

Ahora bien, lo que sí creo poder identificar, distinguido ciudadano, es quién perdió en este proceso. En el que más allá del sofisma que usted ha planteado de la no proporcionalidad entre la inversión en educación y sus resultados finales, la parte pensante de la nación ha reclamado la necesidad de invertir más en ese tema.

Y podría decirse que hasta cierto punto no fue usted quien perdió Señor Presidente, ya que sin ser mezquinos, hay que reconocer que ha alcanzado usted un nivel intelectual envidiable gracias a su esfuerzo personal principalmente, pero también, al hecho de haber estado cobijado bajo la sombra de alguien que sí creía en la educación dominicana, Don Juan Bosch.

De cualquier forma, tampoco piense Señor Presidente que fue la Coalición por una Educación Digna la que perdió, pues ella ha de estar constituida por personas, en su mayoría jóvenes, que han demostrado tener un nivel de educación y de civismo considerable, lo cual usted mismo ha ponderado y de quienes no parece que será fácil conseguir sus votos por quince dólares el mismo día de las elecciones.

Ha perdido el pueblo dominicano, a quien está usted supuesto a representar, el cual, consciente o no del hecho, pierde una vez más la oportunidad de que se destine para su educación una cantidad mínima de dinero que nos permita ser un mejor país.

Yo sé en mi interior que alguna vez usted soñó con una República Dominicana distinta, educada y progresista; pero en algún lugar entre Nueva York y el Palacio Nacional aquel sueño se desvaneció y cayó en mano de los viles adulones de su alrededor.

Usted sabe mejor que nadie que se puede llegar desde Villa Juana a presidir el país, pero que a la par, eso no es producto de ningún golpe de suerte sino principalmente de la formación intelectual que ese joven, por cualquier razón, haya logrado tener.


Apártese ya de aquella letanía del circo político dominicano. Ya sabemos la historia aquella del partido que estando en el poder se cansa de prometer y no cumplir; la de la minúscula bisagra que gira en la dirección que favorezca sus negocios particulares y las del partido pseudo opositor que sopla en la dirección de cualquier viento de protesta que le permita ganar popularidad entre los diversos sectores de la sociedad para ver si de algún modo logra asirse del poder y de esa forma intercambiar los papeles y retornar a este círculo vicioso que solo va en detrimento de la construcción de un mejor país.

No intente ya demostrarnos quién manda aquí, ya lo sabemos, Usted y su gente se han ocupado de dejarnos muy claro que Usted es lo más parecido de Dios en la tierra. Por favor no actúe con la retaliación con la que suelen actuar los espiritus inferiores y cumpla, al menos con esos cinco mil millones de pesos (135 millones de dólares) que usted estaba ofreciendo a cambio de que cesara una lucha justa y que confiáramos en su erosionada palabra, nosotros sabremos recompensarle. Aproveche la oportunidad, logre restaurar nuestra confianza en usted, propóngase ser el primer presidente en cumplir con esa ley de educación y más.

Olvidaremos que le ha llamado usted falso debate a una causa para la que de la noche a la mañana usted es capaz de ofrecerle una cantidad importante de dinero a cambio de que usted mismo se ocupe con su equipo de definir los planes y filosofías a seguir, para eso le elegimos; tomando en cuenta que ignora usted o pretende ignorar que ya hemos agotado horas interminables para esto. De Usted depende ahora en qué se van a invertir esos fondos.

No ignore este reclamo de la sociedad, si así lo hiciese, entonces estaremos en la posibilidad de responder aquella difícil pregunta del título de este artículo, podremos responder que ha ganado usted, que ha ganado la Coalición por una Educación Digna, que hemos ganado todos, que han ganado nuestros hijos; sacrificando tal vez los metros y megaproyectos presentes al convertirnos en una República Dominicana diferente, construyendo, más allá de infraestructuras, un mejor país, más educado, más cívico ,menos violento, con un mayor nivel de conciencia social y que a su tiempo, producto de un mayor nivel de educación, sabrá reconocer las cosas que les hace falta y proceder así con la construcción del país físico realmente conveniente.

Amadeo Alcántara

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