lunes, 18 de mayo de 2009

De lo que no nos prohiben...

Hace unos días escuchaba una entrevista que se le hacía a la popular cantante española Ana Belén, a raíz de la publicación de lo que en ese momento era su última producción discográfica. En la misma, se le preguntaba acerca de si consideraba que era demasiado el tiempo que había transcurrido entre la producción anterior y la que recién publicaba, pues habían pasado siete años entre una y otra, a lo que ella respondió, en contraposición a nuestra cultura del todo festinarlo: “depende si en ese tiempo no tienes nada que contar”.

Aun así, quiero confesarle a mis lectores que la razón por la que he durado casi un mes entre mi ultima publicación y la presente no tiene tanto que ver con que en ese tiempo no haya tenido nada que contar, sino, que un sentido de autocensura, no me haya permitido contar. He leído los periódicos, he hecho consultas en internet, he escuchado programas radiales y luego de más de una fecunda gira con fines comerciales a lo largo y ancho del territorio dominicano, en especial la zona del Cibao, he escuchado a gente conversar de un sinnúmero de temas sobre los que quisiera escribir y publicar y de los cuales he sentido que he debido cohibirme si no quiero ser víctima de un sistema aplastante y demoledor.

Confieso que he huido cual gallina que se espanta evasiva de encarar, vía escritos, tantos temas que debemos enfrentar, pero que plantearlos de manera individual pone en riesgo nuestra seguridad, y hasta la fuente de ingresos a través de la cual buscamos el sustento de nuestras familias.

Recuerdo que hace tiempo un amigo y hermano, Manuel Fulcar, hizo que saliera al pie de todos sus correos un mensaje que rezaba “Free speech is like money some people have more than others” y recuerdo que le dije que eso no tenía sentido porque cualquier persona en esta zona “democrática y de libertades del planeta” podía exponer lo que quisiera sin dificultad. Tristemente acepto que tuvo que pasar el tiempo y en él, amargas experiencias y además convertirme en un aficionado de los blogs, para comprender que esa declaración era totalmente cierta.

Siendo así, la cruda realidad de la vida, en donde no hemos evolucionado gran cosa, desde las más primitivas formas de organizaciones sociales, sólo que un poco más sutil respetando las formas que nos exigen los tiempos, supongo que tendré que permanecer en la estratósfera articulista. Comentando por arribita ciertos temas moralistas, algo de poesía, un poco de filosofía y como diría Mario Benedetti, escribiendo sobre otras cosas que los poderes fáticos no prohiban.

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